¿Por qué braman las vacas? es la primera performance dentro de una serie, que se propone explorar la relación entre una mujer, la vaca y el universo rural. A través de una observación enteramente animal, Amalia Cuesta, artista escénica, nacida en Concordia, hilvana diferentes lenguajes artísticos: la danza, la música y el arte visual.
“¿Qué hay en común entre el cuerpo de la mujer y el cuerpo de la vaca?” se preguna la artista para proponer una reflexión que atraviesa una propuesta escénica que funciona la danza, la música en vivo y las artes visuales.
«La obra habla sobre la maternidad, habla sobre el uso que tenemos los seres humanos sobre nuestro propio cuerpo y sobre el vínculo que tenemos con nuestra animalidad» señala Amalia en esta entrevista que se adentra en la forma en que las artes escénicas sirven como un disparador para abrir nuevos temas. Y agrega: «A mí me convocó el sonido que emite la vaca y me tomo la la licencia poética de tomar la palabra ‘bramar’ o ‘bramido’ de una poesía de Marosa Di Giorgio porque los que saben, los veterinarios, veterinarias, gente campo, si vos le preguntás por qué braman las vacas, seguramente te van a contestar que las vacas no braman.
Marosa Di Giorgio dice en un poema:
Extraño el grito bovino, el bramido de las vacas en el anochecer.
¿Era de rebeldía, de aceptación?
¿A dónde iban?
¿A dar a luz, a dar leche?
¿Iban al altar, al matadero?«Mi papá era veterinario de Concordia Entre Ríos y yo lo acompañaba al campo. El sonido de esas vacas me inquietaba un montón. Entonces, cuando leí la poesía dije, «A ver, ¿qué pasa?». Di Giorgio se preguntó lo mismo que me pregunté yo: ¿Por qué ese bramido? ¿A dónde iban las vacas? A dar leche y iban al matadero. ¿A dónde van las vacas? Es una pregunta femenina».